06 Abr Porqué es importante para la sociedad el cooperativismo
Los seres humanos tienen la necesidad de producir bienes y servicios para satisfacer las diversas necesidades que se les presentan. Para poder alcanzar esa producción es necesario que las personas se organicen de una manera que sea eficaz y eficiente. Una de las formas más notables que puede asumir esa organización está dada por la cooperativa, que una vez más asoma con fuerza en esta particular etapa del modo de producción capitalista y en el actual contexto medioambiental.
Los seres humanos tenemos una gama de necesidades muy amplia, que va desde las que son más básicas y están asociadas a la supervivencia hasta las que están relacionadas a la realización como individuos y como miembros de la sociedad. Muchas de esas necesidades pueden ser satisfechas a través de la adquisición de bienes y servicios, los cuales deben ser producidos por personas organizadas de maneras específicas.
Entre las formas que puede asumir la organización de los hombres para producir se encuentra la cooperativa. Esta forma particular se caracteriza por ser una asociación autónoma, cuya posesión es colectiva y cuyo control es democrático, que está formada por personas unidas voluntariamente con el fin de optimizar sus beneficios y su capacidad de satisfacer necesidades.
El conjunto de cooperativas conforma el movimiento cooperativo, el cual está representado a nivel internacional por la Alianza Cooperativa Internacional (ACI); esta organización no gubernamental independiente fue fundada en Londres en 1895 y desde 1982 presenta su sede en Ginebra. De acuerdo a esta institución, el movimiento cooperativo:
a) se basa en los valores de autosuficiencia, responsabilidad, democracia, igualdad y solidaridad, sosteniendo sus miembros los valores éticos de la honestidad, la apertura, la responsabilidad social y el cuidado por el prójimo;
b) aplica los siguientes principios, con miras a poner en práctica los valores nombrados:
b.1) membresía voluntaria y abierta a todas las personas dispuestas a usar sus servicios y que estén dispuestas a aceptar las responsabilidades asociadas a su utilización;
b.2) control democrático por parte de sus miembros, que participan activamente en el establecimiento de políticas a seguir y en la toma de decisiones;
b.3) participación económica por parte de sus miembros, lo que se traduce en un control democrático del capital de la cooperativa;
b.4) autonomía e independencia, lo cual no excluye la posibilidad de entablar acuerdo con otras organizaciones (incluidos gobiernos) o de obtener capital a través de fuentes externas de financiamiento;
b.5) educación, capacitación e información, que son provistas tanto a los miembros de la cooperativa para contribuir efectivamente al desarrollo de su organización, como al público en general en relación a la esencia y a los beneficios del cooperativismo;
b.6) cooperación entre cooperativas a través de estructuras locales, nacionales, regionales e internacionales;
b.7) cuidado de la comunidad a través del desarrollo de actividades tendientes al desarrollo sustentable.
El momento histórico actual está marcado por dos procesos de mayúscula importancia y de alcance universal:
– En primer lugar, nos referimos a una situación de transformación o de crisis del modo de producción capitalista, que es posible ver en un escaso crecimiento económico y en el alto índice de desempleo.
– En segundo lugar, hacemos referencia a la crítica situación medioambiental de nuestro planeta, que es evidenciable en la depredación de los recursos naturales y en el deterioro de aquellos factores que hacen posible nuestra vida.
Es en este momento histórico que cobra un nuevo impulso el movimiento cooperativo, dado que, por sus características, puede constituir una respuesta apropiada para los inconvenientes mencionados. Tal es así que el año 2012 fue calificado por la Organización de las Naciones Unidas como “Año de las Cooperativas” y su máxima autoridad, Ban Ki Moon, afirmó que estas organizaciones “son un recordatorio para la comunidad internacional de que es posible perseguir tanto la viabilidad económica como la responsabilidad social”.